La medicina es uno de los campos más extensos y atractivos a la hora de escoger una carrera. De hecho es una de los programas más escogidos por los jóvenes, si tenemos en cuenta todas sus variaciones: medicina, enfermería y veterinaria; esto sin contar con las numerosas especializaciones que nos ofrece, desde la cirugía hasta ramas médicas como la cardiología, dermatología, pediatría, entre otras.
La decisión de no sólo asumir la carrera sino también escoger una especialidad que será nuestra profesión por el resto de nuestra vida no es sencillo. Pero sin embargo, la medicina es de esos oficios que amas u odias. Y aunque tiene sus contras, muchos terminan enamorándose de su oficio.
Estas son las cosas buenas y las cosas malas que la carrera de medicina, o sus ramas, puede ofrecerte, antes de ponerte el uniforme y bata médica:
Lo bueno
Medicina es una de esas carreras que van con la pasión por lo que se hace y la satisfacción personal. El poder ayudar a las personas, el salvar vidas y ser útil para todos son experiencias que hacen que muchos médicos consideren su trabajo como el mejor y el más satisfactorio.
Uno de los mayores inconvenientes al escoger medicina es el largo tiempo que se requiere para poder estudiarla y especializarse, tarea que requiere más que los cinco años que exige cualquier otro pregrado. Además, los costos de esta misma suelen ser bastante elevados, dificultando aún más el acceso a la educación médica. Es por esto que muchas veces los jóvenes optan por ponerse el uniforme de enfermeros, dado que los estudios son más cortos y económicos; pero a menos de que poseas la vocación de esta, no te gustará tanto como la de doctor.
Por otro lado, tendrás que enfrentarte a muchas situaciones que pueden parecer desagradables durante tu estudio, como la sangre, visitar una morgue o abrir un cadáver. No todos tenemos la resistencia ante estas situaciones, ni el interés ni gusto por aventurarse en ellos y conocer más sobre su profesión, así que piensa esto bien.
También la medicina es una profesión que puede llegar a consumir mucho tiempo, llevándote a trabajar durante turnos nocturnos o demasiado largos que irán de acuerdo a la especialidad que escojas, así que puede terminar consumiendo tu vida personal aunque no lo desees.
Comprometerse con una profesión nunca es fácil, y menos si es la medicina, porque exigirá de nosotros mucho compromiso y dedicación, que no cualquiera posee ante alguna profesión. Ser doctor no es tener una gran dotación de batas y muchos títulos que nos certifiquen.
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